Prueba del Kia Sportage PHEV: vale la pena ser rápido

Si eres rápido y tomas la decisión enseguida, aún podrías hacerte con uno este año y aprovechar la subvención. Pero el calendario general es muy malo para el nuevo Kia Sportage PHEV. Aunque todavía no hay nada decidido, especialmente en el sector privado la gente podría pensarse dos veces si merece la pena. Tal vez ayude el mensaje de que Kia, como fabricante, seguirá concediendo al menos la parte que le corresponde y anima a los concesionarios a dar al cliente una bonificación propia. Más sobre esto en el reportaje de vídeo. ¿Buscas un coche de ocasión en Madrid? En el concesionario de coches de segunda mano Crestanevada Madrid, encontrarás el coche de tus sueños al mejor precio.

Informe de conducción en vídeo del Kia Sportage PHEV

 

El Kia Sportage más potente es un híbrido enchufable

 

El Kia Sportage PHEV está compuesto por el motor turbo de 1,6 litros y un motor eléctrico de 66 kW. La potencia se envía siempre a las cuatro ruedas a través de la transmisión automática de 6 velocidades. Cuando se combinan los propulsores, se dispone de 265 CV (350 Nm) de potencia del sistema. Probablemente también sea importante la autonomía puramente eléctrica, que la propia Kia cifra en 70 kilómetros. En nuestra primera prueba, no llegamos a alcanzarla, pero se debió más a las temperaturas y a que la batería no estaba llena que a la conducción en general.

 

Kia Sportage PHEV GT-Line conducción en blanco

Kia Sportage PHEV Impresiones de conducción

 

Quien, a su vez, dio la impresión confiada de poder recorrer esos 70 kilómetros sin problemas, al menos en ciudad. Si se añaden algunos caminos rurales, aún debería ser posible. En comparación con otros vehículos híbridos enchufables, es positivo observar que Kia ha pensado mucho en el sistema de propulsión. Esto significa que el Híbrido Enchufable tiene su propia gestión de la batería y gestión térmica y que la batería de 140 kg está situada centralmente bajo los asientos delanteros. La distribución del peso es, por tanto, mejor que en otros vehículos, que suelen tener la batería situada delante o sobre el eje trasero.

 

Pantalla panorámica del salpicadero del Kia Sportage

Un coche ideal para los que cambian

 

El Kia Sportage PHEV cambia sin esfuerzo entre las dos cadenas cinemáticas. Prefiere que la batería se agote antes de que el motor de gasolina tenga que arrancar. Incluso entonces, el consumo de combustible no aumenta tan rápidamente, especialmente en el duro tráfico urbano, porque el motor eléctrico siempre interviene positivamente a través de la recuperación y la aceleración lenta. Al final, el Kia Sportage PHEV vale la pena especialmente para aquellos que pueden recargar de vez en cuando, pero todavía tienen un poco de miedo de hacer el cambio a un coche eléctrico. La entrega de potencia en modo Sport ya es bastante decente y tampoco hay que hacer grandes concesiones, porque apenas se nota, sobre todo en el maletero. Incluso tiene más espacio que el diésel, aunque este último puntúa por encima del híbrido enchufable en cuanto a capacidad de remolque.