¿Cómo triunfar en la decoración escandinava?

Con el invierno en pleno apogeo, los orgullosos nórdicos cubren sus barcos y regresan a sus casas de campo. Lejos de ser lugares austeros, estos hogares están llenos de vida, convivencia y, sobre todo, calor humano.

Cuando la oscuridad reina 6 de cada 12 meses, tener un hogar funcional y acogedor es una cuestión de supervivencia. Admite que incluso los largos inviernos se hacen más soportables una vez que el frío ha sido sustituido por sedosos plaids…

Rica en este espíritu salvaje y cariñoso, la decoración escandinava ha ido abandonando poco a poco las gélidas tundras del norte de Europa para adentrarse en los luminosos salones de las tiendas de decoración como Aldea Decoración.

Decoración escandinava: un estilo entre la naturaleza y la modernidad

Cuando los ventisqueros te impiden salir a la calle… Cuando el frío ha rodeado tu casa de estalactitas y estalagmitas… Cuando la niebla invernal prohíbe todas las salidas… ¡En estos momentos, es tan bueno poder calentarse en una alfombra de piel de cordero!

La decoración se estrenó en los años 30. Muy rápidamente, sedujo por sus formas sencillas y la calidad de los materiales de sus muebles. Sin embargo, no fue hasta los años 50 y 60 cuando se popularizó, sobre todo gracias a las grandes cadenas de muebles.

El estilo escandinavo, atemporal, ha aprovechado la tendencia «hygge» para volver a la palestra.  En un mundo en el que nos doblegamos bajo el peso de la información, los colores neutros de la decoración escandinava y su aspecto despejado aportan un soplo de aire fresco.

Discreto pero acogedor, el estilo nórdico gira en torno a materiales naturales y diseños sencillos. Si lo pones así, puede ser difícil precisar los fundamentos de la decoración escandinava… Para no cometer errores, asegúrate de tener ciertos elementos en su sitio.

¿Cuáles son los elementos clave del diseño escandinavo?

La omnipresencia de la madera

Y no cualquier madera… Sólo las maderas claras, como el pino, el roble o el arce, son bienvenidas en los hogares nórdicos. Robusta, cálida y luminosa, la madera clara calienta el ambiente del interior sin imponerse. Para lograr un estilo auténtico, se hace todo lo posible por conservar el aspecto bruto de la madera. Sus imperfecciones son claramente visibles, al igual que su grano. Dependiendo de su uso, puede pintarse de blanco, gris u otro color claro.

Pero, ¿dónde se encuentra exactamente la madera en la decoración escandinava? Bueno, casi en todas partes… En las vigas expuestas, trae la naturaleza a la casa. En las paredes o en el suelo, ilumina los hogares y se combina perfectamente con otros muebles. Cortada para crear mesas, camas o sillas, la madera clara no pierde su aura magnética, al contrario…

Materiales naturales

Cuando no tienes más remedio que encerrarte durante la mitad del año, tienes que llevar la naturaleza a tu casa. Suelos de un mar de juncos que recuerdan los paseos por el campo… Paja que huele a hierba seca… Lana hipoalergénica que abriga y da la impresión de estar abrazada… A través de estos materiales, la decoración escandinava da un alma al interior. Le recuerda a su subconsciente que hay seres vivos caminando por el suelo de esta habitación de aspecto inmaculado. Pero si hay alguna fibra natural de la que el estilo nórdico no puede prescindir, es el ratán y la paja. Siempre tejido a mano, el ratán se utiliza para vestir espejos o para hacer cestas versátiles. La paja se utiliza para hacer objetos decorativos con botellas vacías o para dar un toque artesanal a las sillas de comedor. Sin embargo, para no pasarse, opta siempre por colores claros y utiliza pocas piezas.

Colores ultraligeros

La hegemonía del blanco. En la decoración escandinava, el blanco es el color predominante. Quizá sea un sutil guiño a la estampa nevada de los inviernos nórdicos… O quizá sea una forma de captar cada rayo de luz que se cuela en el hogar…

Chic, el blanco es un color fácil de combinar. Además, tiene otra ventaja: este tono hace que los espacios parezcan más grandes. Ya sea en el suelo, en las paredes o en el techo, el blanco es el color protagonista de la decoración escandinava.

Para evitar la austeridad de un entorno hospitalario, es necesario añadir toques de color y jugar con los materiales. Afortunadamente, hay otros colores que ayudan al blanco.

Una paleta de colores pastel

Para romper el aspecto etéreo del blanco, añade un poco de color a tu espacio. ¿Busca algo moderno? El azul claro y el gris son colores delicados que evocan inmediatamente el ambiente industrial del mundo moderno. En una pared o en pequeños toques decorativos, estos colores son perfectos para los habitantes de la ciudad.

Para añadir un poco de suavidad en este mundo tan duro, los tonos pastel son una buena opción. Verde almendra, verde menta, rosa caramelo, naranja pastel… Estas tiernas piezas invitan a acurrucarse en gruesas sábanas con un buen libro en la mano.

Y, por último, colores en los que no se piensa necesariamente en la decoración escandinava: los colores fluorescentes. Cuando se utiliza correctamente, un amarillo brillante puede aportar mucha energía a una habitación. Sólo asegúrate de que no sea el color dominante o arruinarás tu decoración escandinava.

Formas geométricas

Rombos, cuadrados, círculos… ¡En la decoración escandinava hay que sentirse cómodo con la geometría! Con pequeños toques, estos patrones rompen la monotonía que puede instalarse en una habitación donde la consigna es el minimalismo. El objetivo es dinamizar su interior. Por eso es mejor utilizar formas geométricas en accesorios o áreas pequeñas.

Por ejemplo, una tela escocesa tirada al descuido sobre un sofá blanco da vida a un salón. En un cuadro, las rayas se convierten en una llamativa pieza de art decó. Por supuesto, también puedes jugar con cojines, cortinas o alfombras.

Otra opción es cubrir toda una pared con un papel pintado de formas geométricas. En la decoración escandinava, el papel pintado suele ser una de las piezas más fuertes.

Muebles de época

En los muebles nórdicos, el vintage es el rey. Para revivir los recuerdos de la infancia o crear memorias que trasciendan generaciones, los muebles vintage son sencillamente imprescindibles. Y entre el blanco y las rayas, los muebles de época añaden un toque de originalidad. En el estilo nórdico, uno de los muebles vintage imprescindibles es el aparador con patas de compás. Este mueble representa por sí solo la esencia de la decoración escandinava: funcional, limpio y disponible en todos los colores.

En una sala de estar, el aparador con patas de compás es una pieza fuerte que mantiene sus secretos calientes y soporta sus más bellos cachivaches. Para los amantes de la decoración con poco presupuesto, es posible encontrar aparadores con patas de compás reales en mercadillos o subastas. ¿No tienes mucho tiempo libre? En los supermercados se encuentran muebles que siguen las líneas de este mítico mueble.

En conclusión

Decorar con éxito en estilo escandinavo no es ni mucho menos un juego de niños. El truco está en seleccionar los materiales y los colores con cuidado. De acuerdo con el espíritu nórdico, la búsqueda de la belleza no debe ir en detrimento de la utilidad.

El resultado son muebles de líneas limpias, colores clásicos y materiales de calidad.

El estilo nórdico ha sido tendencia en los últimos años y es una corriente decorativa que encaja a la perfección con el agitado estilo de vida de los habitantes de las ciudades actuales. En las casas tradicionales suecas o en los lofts parisinos, el estilo nórdico hace furor y calienta los corazones. Para los expertos, no es de extrañar que vuelva a estar de moda. Además, no tienes que empezar de cero. Empieza con un sofá o comprando un aparador con patas de compás.